Reformar un bus entre un buen grupo de amigos
La posibilidad de reformar el bus entre un buen grupo de amigos y acondicionarlo para que puedan dormir hasta ocho personas. La creación de los ocho amigos de la Universidad de Notre Dame (Indiana) es espectacular. Además de tener en cuenta muchos pequeños detalles, los acabados fueron hechos a conciencia. En este post hablamos de la curiosidad de reformar un bus entre un buen grupo de amigos.
Un grupo de estudiantes de Indiana han sido los últimos conocidos en sumarse a una moda que comenzó en Estados Unidos hace algunos años. Aunque bajo diferente modalidades, todo empieza con la compra de un autobús escolar lo más grande y destrozado que se pueda. Después todo es ponerse creativo y transformar el espacio en lo que más te interese.
Otra obra de verdadera ingeniería es la que desarrolló Hank Butitt. El estudiante de arquitectura de Minnesota planeó la reforma del autobús como un verdadero piso de diseño, proyecto que también fue su proyecto de final de carrera. Después de comprar el vehículo por 3.000 dólares, Butitt ideó un espacio en el que pueden dormir hasta seis personas, aunque por el momento solo la está utilizando junto a un amigo fotógrafo (Justin Evidon) para hacer un viaje de 8.000 kilómetros por el país.
También está la opción romántica, en la que una pareja (Jeremy y Mira Thompson en este caso) dedican varios años hasta acondicionar un autobús escolar en una acogedora casa de campo. Aunque parezca imposible, el bus todavía se puede mover, cada parte de la casa rodante de 11,2 metros de largo está preparada para no moverse en los desplazamientos.
Y por último la historia de seis amigos australianos que se fueron a Canadá para poner en marcha el proyecto ‘Spruce Moose’. Todo comenzó con un viejo autobús que compraron por 3.500 dólares canadienses y sus deseos de convertirlo en una casa rodante para viajar por Estados Unidos durante tres meses. Aunque algo más sencilla, la transformación del autobús Chevy Bluebird de 1986 no está nada mal.